Platón me habló detrás de las nubes

Recostada en mi cómoda cama-realmente muy cómoda-, llena de libros que ocupan más espacio que mi cuerpo, miro el cielo desde mi ventana tratando de sentir la paz que ese bello paisaje me transmite, pero ¡esos molestos ruidos de la avenida no me lo permiten!.

Las nubes ahora han dejado de moverse, ¿el viento se habrá cansado de jugar con ellas?. Las miro y parecen burlarse de mi y mis desvariantes pensamientos. 

Pensaría que el tiempo se detuvo si no fuese por esos molestos ruidos de la avenida.

Las nubes continúan estáticas, ¡no puedo parar de mirarlas!. De verdad no se mueven. ¿Qué sentirán en este momento?... acabo de notar que se movieron dejando un espacio para vislumbrar el celeste hermoso del cielo. ¡Estaban jugando conmigo, se burlaban de mis pensamientos, como ahora me burlo de pensar que las nubes se burlaban de mí!.

Quisiera ser una nube en este momento. ¡Dichosas ellas y su tranquilidad!, no tienen preocupación alguna. Yo tengo los libros que me recuerdan mis preocupaciones… quisiera ser una nube, en el mundo supraceleste de Platón.

Han vuelto las preocupaciones a mí, es Platón hablándome desde los cielos y recordándome que tengo que seguir estudiando. 

El tiempo es muy valioso como para querer ser una nube en estos momentos.